Estamos muy contentos por el feliz final del envio de sillas de ruedas para el hermano pueblo de Nicaragua.575 sillas de ruedas que se depositaron en los almacenes de la alcaldia de Juiglpa para desde ahi redestribuirlas en otros departamentos de Nicaragua.Este envio ha sido la culminacion de esfuerzos mancomunados de varias instituciones de ayuda, y de funcionarios del consulado de Nicaragua en Miami, incluido el Sr Consul y del Sr Carlos Montiel de Cultura y Prensa del consuado.
Las sillas han sido enviadas con mucho amor y
esperamos oue sirvan a muchas personas que las necesitan en muchos lugares de Nicaragua.
El reparto de la sillas es el siguiente:Alcaldia de Juigalpa,80.club de Leones,Juigalpa,70.Departamento del Rio San Juan con seis municipios,120,Granada 150,Matagalpa, 10.San Juan de Limay,10,Masatepe.10,Puerto Cabeza,40. Blusfield,40.y otros lugares las restantes.
Damos gracias a Dios por este esfuerzo y a todos los que hicieron posible esta obra de amor en Cristo.
Rev Leonides Penton Aamdor
martes, 19 de mayo de 2009
viernes, 15 de mayo de 2009
CARTAS DE DANIEL
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Marcar este mensajeRe: Cartas a las Iglesias - ¿Por qué es la oración tan difícil?viernes, 15 de mayo de 2009, 10:12 am
De: "Daniel Del Vecchio"Ver detalles del contactoA: "Debbie@DelVecchio.org" Cartas a las Iglesias
¿Por qué es la oración tan difícil?
Mayo 15, 2009
Queridos hermanos,
“La ORACIÓN eficaz del justo PUEDE MUCHO.” (Santiago 5:16)
“Y TODO lo que PIDIEREIS EN ORACIÓN, creyendo, lo RECIBIRÉIS.” (Mateo 21:22)
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de ORAR SIEMPRE Y NO DESMAYAR.” (Lucas 18:1)
No hay poder mas grande que la oración, pues Dios obra según nuestras oraciones y no hace nada sin oración. Si toda respuesta de Dios viene en contestación a las oraciones, creo que debemos poner diligencia en comprender y hacerlo parte de nuestras vidas. Aparentemente cualquier trabajo PARA el Señor es más fácil que orar. Podemos leer la Biblia, leer libros cristianos, incluso predicar o compartir con mas facilidad que orar. ¿Por qué es la oración tan difícil?
Es muy raro encontrar, hoy en día, un cristiano que ora suficientemente. Aún entre los ministros y obreros, la falta de oración es considerable. Las “Martas” son más comunes que las “Marías”. Dios tiene muchos siervos que siempre están trabajando POR ÉL, pero cuán pocos están a sus pies y han aprendido a trabajar CON Él. María agradó al Señor porque halló el secreto de la comunión con el Señor. Lo poquito que hagamos siendo llenos del Espíritu de oración, valdrá mucho más que lo que hagamos en nuestra propia fuerza. Muchos de nuestros esfuerzos son en vano porque no hemos esperado primero en oración.
No pienso condenar a nadie sino que hablo de mis propias experiencias. Hay varias razones por la falta de oración que parece común a la mayoría.
Falta de disciplina en cuanto a un tiempo designado
“Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues TENÍA POR COSTUMBRE orar tres veces al día.” (Daniel 6:10)
Yo diría que la primera causa es la falta de un tiempo designado diariamente a un devocional personal. Es decir la falta de una disciplina en cuanto al tiempo de estar a solas con Dios. Orar en publico es mucho mas fácil o en un culto de oración, pero muchos cristianos no ponen aparte un tiempo para buscar el rostro de Dios. Oramos cuando truena, o cuando estamos en apuros pero nos falta la DISCIPLINA DE ORACIÓN DIARIA.
Vemos al profeta Daniel que tenía una costumbre de orar tres veces al día, a pesar de las inconveniencias y amenazas, continuó su HÁBITO DE ORAR.
Falta de un lugar dedicado para encontrarnos con Dios
“Mas tú, cuando ores, ENTRA EN TU APOSENTO, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:6)
En segundo lugar diría que no hemos designado un lugar privado, sea en la casa o en el campo, o donde sea que sería el lugar donde nos encontramos con Dios a solas. En el APOSENTO SECRETO DE ORACIÓN es donde se produce el poder de Dios. Es muy importante tener un tiempo de devoción en familia, pero eso no quita la necesidad de tener un lugar y un tiempo durante el día a solas cuando Dios nos puede hablar. Hay muchas distracciones y siempre habrá cosas que hacer, y si no tomamos el tiempo para orar y busquemos un sitio, es difícil de tener una vida disciplinada de oración. Jesús dijo, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y habla con Dios en secreto.
Falta de persistencia, perseverancia y fe para creer que Dios nos oye y que nuestras oraciones serán contestadas
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que PRONTO LES HARÁ JUSTICIA. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿HALLARÁ FE en la tierra?” (Lucas 18:7-18:8)
Tercero, diría que la falta de oración es el resultado de la falta de fe para creer que Dios oye o que la oración es eficaz y útil. La respuesta que demora enferma el corazón. Solemos dejar de orar, cuando la fe flaquea y no hay respuestas al clamor de nuestras almas. Muchas veces oraciones que parecen no haber sido contestadas nos dejan con poco ánimo de continuar.
Jesús dijo que debemos orar y no desmayar. O hacemos el uno o hacemos el otro. Nos puso el ejemplo de la viuda y el juez injusto, y terminó diciendo “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos?” Cuanto más nuestro Padre nos contestará aunque tardará.
También, nos animó diciendo que “todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Esto nos habla de la PERSEVERANCIA. Santiago utiliza el ejemplo de Elías que aunque era hombre con las mismas pasiones que nosotros, oró que se cerrara el cielo y no llovió por tres años hasta que oró de nuevo fervientemente y según su palabra Dios le respondió. Si recuerdas esa historia notará que cuando oró para que lloviera otra vez, se tiró al suelo y puso su cabeza entre sus rodillas y oró con expectativa, enviando a su siervo siete veces con la confianza de que Dios iba a enviar la lluvia. NO IBA A PARAR HASTA RECIBIR UNA RESPUESTA.
También aceptó la pequeña señal de una nube en forma de una mano humana, como la seguridad de que Dios iba a enviar un torrente de lluvia. No se levantó hasta que vio una señal. A veces paramos antes de que venga la respuesta y perdemos el milagro por falta de persistencia e insistencia.
Impedimentos del enemigo
Esto nos lleva al cuarto razón: El impedimento del diablo, la opresión satánica que siempre quiere impedir que se haga la voluntad de Dios y trata de oponer a los siervos de Dios. El príncipe maligno de Persia luchó con el ángel que venía con la respuesta a las oraciones de Daniel y esa lucha tardó 21 días mientras Daniel continuaba ayunando y orando sin tregua y sin desmayar.
“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque DESDE EL PRIMER DÍA que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.” (Daniel 10:12-13)
Tenemos que penetrar las esferas del maligno, los principados y potestades del aire que oponen. Es el espíritu de oración, el que nos impulsa a permanecer horas en agonías de espíritu, hasta que Dios mueve todo obstáculo. Las oraciones sin fervor y sin corazón, no irán mas allá que el techo. Cuando las cosas parecen más oscuras y difíciles es cuando hay que orar con MÁS INSISTENCIA. Ahora no es el momento de relajarse sino de orar sin cesar, hasta que se rompe un agujero en las tinieblas y resplandece el sol del rostro de Dios.
Falta del espíritu de oración
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero EL ESPÍRITU MISMO INTERCEDE POR NOSOTROS con gemidos indecibles.” (Romanos 8:26)
La quinta razón, es la falta del espíritu de oración. No debemos confundir el orar, con el espíritu de oración, porque no es lo mismo. Podemos orar con el entendimiento sin la ayuda del espíritu de oración. La Biblia dice que “por un espíritu todos tenemos acceso a Dios”, esto es el espíritu de oración. Al no andar en el espíritu y al estar tan preocupados con las cosas del mundo, pocos cristianos tienen acceso a Dios a través del Espíritu Santo.
En muchos casos el Espíritu Santo ha sido contristado por nuestra forma de vida y no esta presente en nuestras oraciones. La Biblia dice que los maridos deben vivir con sus esposas con ciencia, es decir con cuidado y respeto, sino nuestras oraciones serían estorbadas. Lo mismo sirve para las esposas. También Jesús dijo que antes de llevar nuestra ofrenda a Dios, sea alabanza, gratitud u oración, que teníamos que estar en paz con los demás en la Iglesia y arreglar cuentas antes de orar.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, RECONCÍLIATE PRIMERO CON TU HERMANO, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:23-24)
La indiferencia, la apatía a las necesidades en la Iglesia, la dureza del corazón humano, el amor al mundo, etc., todos actúan para estorbar la oración en el Espíritu y contristar el espíritu de gracia. La Biblia habla en varios textos de los siete espíritus de Dios. Entiendo esto para decir que el Espíritu Santo se manifiesta en siete maneras distintas en diferentes circunstancias. Uno es el espíritu de oración y suplica, que es totalmente necesario antes de que vayamos a ver un despertar espiritual o algún cambio en situaciones que se oponen al avance del evangelio.
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, ESPÍRITU DE GRACIA Y DE ORACIÓN; y mirarán a Mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10)
El Espíritu de oración y suplica es el don de Dios ofrecido a todos que han sido bautizados con el Espíritu Santo y que andan en el Espíritu y conforme a la voluntad de Dios. Es la gracia de Dios que nos concede su Espíritu para ayudarnos y guiarnos en oración. Cuando el Espíritu nos guía en oración por una cosa, podemos tener la seguridad que Dios quiere concedernos la respuesta.
La falta de santidad en nuestras vidas
Sexto, yo diría que hay poca oración entre nosotros por la falta de santidad. Si nuestro corazón nos condena, entonces no tenemos la confianza de recibir la respuesta.
“Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.” (1ª Juan 3:21)
Habrá una falta del espíritu de contrición y quebranto cuando el corazón se ha hecho cada día más duro y más insensible a la voz de Dios. “Dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a Mi palabra”. El Señor ha prometido:
“Si se humillare Mi pueblo, sobre el cual Mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren Mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2ª Crónicas 7:14)
Aquí tenemos las condiciones previas a la respuesta del Señor y antes de que sane nuestra tierra.
Falta de conocimiento de las promesas de Dios para que nuestra fe sea inspirada
Por último, diría que es por la falta de conocer, leer y estudiar LAS PROMESAS DE DIOS que obra la fe en nosotros. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Dios nos ha dado muchas preciosas promesas para que la fe sea inspirada y que podemos poseer la tierra prometida. Esa tierra se posea en la guerra espiritual, apropiándonos de las promesas de Dios, según cada situación. Todas las promesas de Dios son condicionales y Su carácter es nuestra garantía de que si cumplimos nuestra parte, El cumplirá la Suya. Una vida liviana y mundana llena de distracciones, no va a mover la mano de Dios.
Además de la oración personal tenemos la arma poderosa de la oración unida y la promesa “que si dos de vosotros se PUSIEREN DE ACUERDO en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, LES SERÁ HECHO POR MI PADRE que está en los cielos” (Mateo 18:19). Hay un tiempo para oraciones individuales y hay un tiempo de orar juntos como un cuerpo, unánimes luchando.
Igualmente cuando Pedro estaba preso, esperando la ejecución segura por Herodes, la Iglesia se puso de rodillas a clamar a Dios con una insistencia nacida por la severidad del peligro y en contestación Dios mandó un ángel a sacarle de la prisión. No tenían otro recurso sino el de clamar a Dios. Nosotros generalmente vamos a Dios en el último recurso después de haber intentado toda ayuda humana.
Si podemos vencer estos obstáculos e impedimentos, podemos ver una lluvia de bendición que supera lo que podemos imaginar. La Biblia dice:
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (1ª Corintios 2:9)
Dios ha preparado algo grande para cada uno de nosotros, pero la oración persistente y ferviente, la unidad y el ayuno mueve la mano de Dios, y libera a los ángeles guerreros para luchar a favor nuestro.
La oración del espíritu es tan profunda a veces, que no puede ser expresada sino con “gemidos indecibles” y con lloro, como dolores de parto. Fue la influencia del Espíritu en el huerto de Getsemaní, quien preparó al Señor Jesús para la prueba del Calvario, cuando “ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas... fue oído”. Si tenemos mucho del Espíritu de Cristo, Él se manifestará en nosotros como el espíritu de súplica y ruego. Los inmaduros y carnales no te van a entender, pero Jesús fue oído por sus oraciones con clamor y lagrimas.
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.” (Hebreos 5:7)
Cuando veamos el espíritu de oración derramado sobre algunos en la Iglesia, es una indicación de que Dios ha comenzado a obrar y de que es Su voluntad de dar un avivamiento.
Las oraciones unidas de los primeros santos, clamando en su persecución por Saulo de Tarso paró el enemigo del cristianismo y dejó penetrar una luz tan fuerte que Saulo de Tarso cayó al suelo y se rindió a los pies de Jesús.
Con estas verdades en mente, vamos a decidir desde este mismo momento en adelante a dedicar más tiempo a la oración. Cuando estamos regularmente en la presencia de Dios es muy fácil tener mucho del espíritu de oración.
Le pido vuestras oraciones para las Conferencias de Betel en Madrid y en especial los días 29 y 30 de Mayo cuando me han invitado a predicar. El tiempo es corto y Dios nos esta abriendo puertas, así que a pesar de mi debilidad, voy a ministrar con la ayuda de Dios a los millares que vendrán a estas Conferencias. Este evento puede desencadenar un avivamiento por todo el país, ya que muchos líderes y pastores estarán presentes. Oremos para que la Palabra de Dios sea predicada con poder y que Dios lo confirma con señales y prodigios.
Gracias en el nombre de Jesús que dijo “orad conmigo que mi alma está afligida”. Pida el espíritu de oración que te ayude y vamos a quebrantar las tinieblas sobre este país.
En el servicio de nuestro Señor Jesucristo,
Daniel
Se permite hacer copias de esta carta para la distribución gratuita.
PD. Si conoce a personas que no han recibido esta carta pero que quieren recibir estas cartas regularmente, por favor envíenme sus e-mails a esta dirección. Al igual, si ha recibido este e-mail, y no desea seguir recibiendo estas cartas, envíeme un e-mail pidiendo que le quitemos de nuestra lista.
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Marcar este mensajeRe: Cartas a las Iglesias - ¿Por qué es la oración tan difícil?viernes, 15 de mayo de 2009, 10:12 am
De: "Daniel Del Vecchio"
¿Por qué es la oración tan difícil?
Mayo 15, 2009
Queridos hermanos,
“La ORACIÓN eficaz del justo PUEDE MUCHO.” (Santiago 5:16)
“Y TODO lo que PIDIEREIS EN ORACIÓN, creyendo, lo RECIBIRÉIS.” (Mateo 21:22)
“También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de ORAR SIEMPRE Y NO DESMAYAR.” (Lucas 18:1)
No hay poder mas grande que la oración, pues Dios obra según nuestras oraciones y no hace nada sin oración. Si toda respuesta de Dios viene en contestación a las oraciones, creo que debemos poner diligencia en comprender y hacerlo parte de nuestras vidas. Aparentemente cualquier trabajo PARA el Señor es más fácil que orar. Podemos leer la Biblia, leer libros cristianos, incluso predicar o compartir con mas facilidad que orar. ¿Por qué es la oración tan difícil?
Es muy raro encontrar, hoy en día, un cristiano que ora suficientemente. Aún entre los ministros y obreros, la falta de oración es considerable. Las “Martas” son más comunes que las “Marías”. Dios tiene muchos siervos que siempre están trabajando POR ÉL, pero cuán pocos están a sus pies y han aprendido a trabajar CON Él. María agradó al Señor porque halló el secreto de la comunión con el Señor. Lo poquito que hagamos siendo llenos del Espíritu de oración, valdrá mucho más que lo que hagamos en nuestra propia fuerza. Muchos de nuestros esfuerzos son en vano porque no hemos esperado primero en oración.
No pienso condenar a nadie sino que hablo de mis propias experiencias. Hay varias razones por la falta de oración que parece común a la mayoría.
Falta de disciplina en cuanto a un tiempo designado
“Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues TENÍA POR COSTUMBRE orar tres veces al día.” (Daniel 6:10)
Yo diría que la primera causa es la falta de un tiempo designado diariamente a un devocional personal. Es decir la falta de una disciplina en cuanto al tiempo de estar a solas con Dios. Orar en publico es mucho mas fácil o en un culto de oración, pero muchos cristianos no ponen aparte un tiempo para buscar el rostro de Dios. Oramos cuando truena, o cuando estamos en apuros pero nos falta la DISCIPLINA DE ORACIÓN DIARIA.
Vemos al profeta Daniel que tenía una costumbre de orar tres veces al día, a pesar de las inconveniencias y amenazas, continuó su HÁBITO DE ORAR.
Falta de un lugar dedicado para encontrarnos con Dios
“Mas tú, cuando ores, ENTRA EN TU APOSENTO, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” (Mateo 6:6)
En segundo lugar diría que no hemos designado un lugar privado, sea en la casa o en el campo, o donde sea que sería el lugar donde nos encontramos con Dios a solas. En el APOSENTO SECRETO DE ORACIÓN es donde se produce el poder de Dios. Es muy importante tener un tiempo de devoción en familia, pero eso no quita la necesidad de tener un lugar y un tiempo durante el día a solas cuando Dios nos puede hablar. Hay muchas distracciones y siempre habrá cosas que hacer, y si no tomamos el tiempo para orar y busquemos un sitio, es difícil de tener una vida disciplinada de oración. Jesús dijo, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y habla con Dios en secreto.
Falta de persistencia, perseverancia y fe para creer que Dios nos oye y que nuestras oraciones serán contestadas
“¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que PRONTO LES HARÁ JUSTICIA. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿HALLARÁ FE en la tierra?” (Lucas 18:7-18:8)
Tercero, diría que la falta de oración es el resultado de la falta de fe para creer que Dios oye o que la oración es eficaz y útil. La respuesta que demora enferma el corazón. Solemos dejar de orar, cuando la fe flaquea y no hay respuestas al clamor de nuestras almas. Muchas veces oraciones que parecen no haber sido contestadas nos dejan con poco ánimo de continuar.
Jesús dijo que debemos orar y no desmayar. O hacemos el uno o hacemos el otro. Nos puso el ejemplo de la viuda y el juez injusto, y terminó diciendo “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos?” Cuanto más nuestro Padre nos contestará aunque tardará.
También, nos animó diciendo que “todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” Esto nos habla de la PERSEVERANCIA. Santiago utiliza el ejemplo de Elías que aunque era hombre con las mismas pasiones que nosotros, oró que se cerrara el cielo y no llovió por tres años hasta que oró de nuevo fervientemente y según su palabra Dios le respondió. Si recuerdas esa historia notará que cuando oró para que lloviera otra vez, se tiró al suelo y puso su cabeza entre sus rodillas y oró con expectativa, enviando a su siervo siete veces con la confianza de que Dios iba a enviar la lluvia. NO IBA A PARAR HASTA RECIBIR UNA RESPUESTA.
También aceptó la pequeña señal de una nube en forma de una mano humana, como la seguridad de que Dios iba a enviar un torrente de lluvia. No se levantó hasta que vio una señal. A veces paramos antes de que venga la respuesta y perdemos el milagro por falta de persistencia e insistencia.
Impedimentos del enemigo
Esto nos lleva al cuarto razón: El impedimento del diablo, la opresión satánica que siempre quiere impedir que se haga la voluntad de Dios y trata de oponer a los siervos de Dios. El príncipe maligno de Persia luchó con el ángel que venía con la respuesta a las oraciones de Daniel y esa lucha tardó 21 días mientras Daniel continuaba ayunando y orando sin tregua y sin desmayar.
“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque DESDE EL PRIMER DÍA que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.” (Daniel 10:12-13)
Tenemos que penetrar las esferas del maligno, los principados y potestades del aire que oponen. Es el espíritu de oración, el que nos impulsa a permanecer horas en agonías de espíritu, hasta que Dios mueve todo obstáculo. Las oraciones sin fervor y sin corazón, no irán mas allá que el techo. Cuando las cosas parecen más oscuras y difíciles es cuando hay que orar con MÁS INSISTENCIA. Ahora no es el momento de relajarse sino de orar sin cesar, hasta que se rompe un agujero en las tinieblas y resplandece el sol del rostro de Dios.
Falta del espíritu de oración
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero EL ESPÍRITU MISMO INTERCEDE POR NOSOTROS con gemidos indecibles.” (Romanos 8:26)
La quinta razón, es la falta del espíritu de oración. No debemos confundir el orar, con el espíritu de oración, porque no es lo mismo. Podemos orar con el entendimiento sin la ayuda del espíritu de oración. La Biblia dice que “por un espíritu todos tenemos acceso a Dios”, esto es el espíritu de oración. Al no andar en el espíritu y al estar tan preocupados con las cosas del mundo, pocos cristianos tienen acceso a Dios a través del Espíritu Santo.
En muchos casos el Espíritu Santo ha sido contristado por nuestra forma de vida y no esta presente en nuestras oraciones. La Biblia dice que los maridos deben vivir con sus esposas con ciencia, es decir con cuidado y respeto, sino nuestras oraciones serían estorbadas. Lo mismo sirve para las esposas. También Jesús dijo que antes de llevar nuestra ofrenda a Dios, sea alabanza, gratitud u oración, que teníamos que estar en paz con los demás en la Iglesia y arreglar cuentas antes de orar.
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, RECONCÍLIATE PRIMERO CON TU HERMANO, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5:23-24)
La indiferencia, la apatía a las necesidades en la Iglesia, la dureza del corazón humano, el amor al mundo, etc., todos actúan para estorbar la oración en el Espíritu y contristar el espíritu de gracia. La Biblia habla en varios textos de los siete espíritus de Dios. Entiendo esto para decir que el Espíritu Santo se manifiesta en siete maneras distintas en diferentes circunstancias. Uno es el espíritu de oración y suplica, que es totalmente necesario antes de que vayamos a ver un despertar espiritual o algún cambio en situaciones que se oponen al avance del evangelio.
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, ESPÍRITU DE GRACIA Y DE ORACIÓN; y mirarán a Mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.” (Zacarías 12:10)
El Espíritu de oración y suplica es el don de Dios ofrecido a todos que han sido bautizados con el Espíritu Santo y que andan en el Espíritu y conforme a la voluntad de Dios. Es la gracia de Dios que nos concede su Espíritu para ayudarnos y guiarnos en oración. Cuando el Espíritu nos guía en oración por una cosa, podemos tener la seguridad que Dios quiere concedernos la respuesta.
La falta de santidad en nuestras vidas
Sexto, yo diría que hay poca oración entre nosotros por la falta de santidad. Si nuestro corazón nos condena, entonces no tenemos la confianza de recibir la respuesta.
“Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.” (1ª Juan 3:21)
Habrá una falta del espíritu de contrición y quebranto cuando el corazón se ha hecho cada día más duro y más insensible a la voz de Dios. “Dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a Mi palabra”. El Señor ha prometido:
“Si se humillare Mi pueblo, sobre el cual Mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren Mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2ª Crónicas 7:14)
Aquí tenemos las condiciones previas a la respuesta del Señor y antes de que sane nuestra tierra.
Falta de conocimiento de las promesas de Dios para que nuestra fe sea inspirada
Por último, diría que es por la falta de conocer, leer y estudiar LAS PROMESAS DE DIOS que obra la fe en nosotros. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Dios nos ha dado muchas preciosas promesas para que la fe sea inspirada y que podemos poseer la tierra prometida. Esa tierra se posea en la guerra espiritual, apropiándonos de las promesas de Dios, según cada situación. Todas las promesas de Dios son condicionales y Su carácter es nuestra garantía de que si cumplimos nuestra parte, El cumplirá la Suya. Una vida liviana y mundana llena de distracciones, no va a mover la mano de Dios.
Además de la oración personal tenemos la arma poderosa de la oración unida y la promesa “que si dos de vosotros se PUSIEREN DE ACUERDO en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, LES SERÁ HECHO POR MI PADRE que está en los cielos” (Mateo 18:19). Hay un tiempo para oraciones individuales y hay un tiempo de orar juntos como un cuerpo, unánimes luchando.
Igualmente cuando Pedro estaba preso, esperando la ejecución segura por Herodes, la Iglesia se puso de rodillas a clamar a Dios con una insistencia nacida por la severidad del peligro y en contestación Dios mandó un ángel a sacarle de la prisión. No tenían otro recurso sino el de clamar a Dios. Nosotros generalmente vamos a Dios en el último recurso después de haber intentado toda ayuda humana.
Si podemos vencer estos obstáculos e impedimentos, podemos ver una lluvia de bendición que supera lo que podemos imaginar. La Biblia dice:
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman.” (1ª Corintios 2:9)
Dios ha preparado algo grande para cada uno de nosotros, pero la oración persistente y ferviente, la unidad y el ayuno mueve la mano de Dios, y libera a los ángeles guerreros para luchar a favor nuestro.
La oración del espíritu es tan profunda a veces, que no puede ser expresada sino con “gemidos indecibles” y con lloro, como dolores de parto. Fue la influencia del Espíritu en el huerto de Getsemaní, quien preparó al Señor Jesús para la prueba del Calvario, cuando “ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas... fue oído”. Si tenemos mucho del Espíritu de Cristo, Él se manifestará en nosotros como el espíritu de súplica y ruego. Los inmaduros y carnales no te van a entender, pero Jesús fue oído por sus oraciones con clamor y lagrimas.
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.” (Hebreos 5:7)
Cuando veamos el espíritu de oración derramado sobre algunos en la Iglesia, es una indicación de que Dios ha comenzado a obrar y de que es Su voluntad de dar un avivamiento.
Las oraciones unidas de los primeros santos, clamando en su persecución por Saulo de Tarso paró el enemigo del cristianismo y dejó penetrar una luz tan fuerte que Saulo de Tarso cayó al suelo y se rindió a los pies de Jesús.
Con estas verdades en mente, vamos a decidir desde este mismo momento en adelante a dedicar más tiempo a la oración. Cuando estamos regularmente en la presencia de Dios es muy fácil tener mucho del espíritu de oración.
Le pido vuestras oraciones para las Conferencias de Betel en Madrid y en especial los días 29 y 30 de Mayo cuando me han invitado a predicar. El tiempo es corto y Dios nos esta abriendo puertas, así que a pesar de mi debilidad, voy a ministrar con la ayuda de Dios a los millares que vendrán a estas Conferencias. Este evento puede desencadenar un avivamiento por todo el país, ya que muchos líderes y pastores estarán presentes. Oremos para que la Palabra de Dios sea predicada con poder y que Dios lo confirma con señales y prodigios.
Gracias en el nombre de Jesús que dijo “orad conmigo que mi alma está afligida”. Pida el espíritu de oración que te ayude y vamos a quebrantar las tinieblas sobre este país.
En el servicio de nuestro Señor Jesucristo,
Daniel
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